miércoles, 23 de octubre de 2024


 AL GOBERNADOR PIÑATE

Germán Eduardo Piñate,
orgullo de sus paisanos;
ni el fiero viento te abate,
¡eres el roble del llano!

En estos tiempos bien duros,
con bloqueos tan estrictos,
el gobierno de Maduro,
tiene tu apoyo irrestricto.

Con tu Elizabeth Gimón,
formaste un dueto invencible;
demostrando que en la acción,
son ustedes infalibles.

Tu hermana, Belkys, merece,
un elogio muy aparte;
su carácter recio ofrece,
en tu gestión un baluarte.

La gobernación de Apure,
en ti encontró su bastión;
el llanero que lo jure,
¡excelente conducción!

Del Trabajo su rescate,
el presidente confía;
con tu estirpe y tu acicate,
no dudo hallarás la vía.

Te esperan otros embates
y dejas de Apure el mando;
¡adiós, Eduardo Piñate,
te despide San Fernando!

Jesús Núñez León

A LA NEGRA HIPÓLITA


Valiente mujer esclava,
que amamantaste a Simón;
aquel niño que acunabas,
cerca de tu corazón.

Te bendigo, Negra Hipólita,
por ese rol que asumiste;
por esa pasión indómita,
que en tu leche transmitiste.

Bolívar, libertador
de la patria, nuestro padre,
halló un manantial de amor,
que sustituyó a su madre.

Ese niño se hizo grande
y a la patria libertó;
le llovieron homenajes,
pero jamás te olvidó.

Hoy estás en el Panteón,
una gloria merecida,
por hacer de tí un bastión,
¡del hombre que nos dio vida!

Jesús Núñez León

AL TENIENTE PEDRO CAMEJO


Desde San Juan de Payara,
te alzaste, Pedro Camejo;
lanza temida y odiada,
por los realistas más fieros.

Fue de los ciento cincuenta,
lanceros de aquellos predios,
que al enemigo lo enfrentan,
en Las Queseras del Medio.

Del Libertador, la orden,
por tal gesto fue acordada;
con Páez siempre al acorde,
a la corona enfrentaba.

De mente ágil y despierta,
orgullo a su raza dio;
y de su muerte, ante las puertas,
nos legó su digno adiós.

En el Panteón Nacional,
reposas, Negro Primero;
patriota íntegro y leal,
¡y el más valiente guerrero!

Jesús Núñez León

AL TENIENTE PEDRO CAMEJO


Desde San Juan de Payara,
te alzaste, Pedro Camejo;
lanza temida y odiada,
por los realistas más fieros.

Fue de los ciento cincuenta,
lanceros de aquellos predios,
que al enemigo lo enfrentan,
en Las Queseras del Medio.

Del Libertador, la orden,
por tal gesto fue acordada;
con Páez siempre al acorde,
a la corona enfrentaba.

De mente ágil y despierta,
orgullo a su raza dio;
y de su muerte, ante las puertas,
nos legó su digno adiós.

En el Panteón Nacional,
reposas, Negro Primero;
patriota íntegro y leal,
¡y el más valiente guerrero!

Jesús Núñez León

A NICOLÁS MADURO MOROS

Mandatario contumaz, digno y consciente,
la escogencia de Hugo Chávez, entre todos;
orgullosos de que seas el presidente,
que ha impedido que nos hundan en el lodo.

En las lides sindicales desenvuelto,
desde joven abrazado al socialismo;
en las artes diplomáticas experto,
desde siempre afianzado en tu idealismo.

Enfrentaste a la conjura tenebrosa,
con tu temple indiscutible de valiente;
y en momentos que la paz se hizo riesgosa,
los derrotaste con la constituyente.

El barco de Venezuela has conducido,
con pericia por un mar harto encrespado;
y nuevamente, el país agradecido,
su conducción te dará, pues la has ganado.

Te mira ahora la inquina aviesamente,
porque esta nave a buen puerto has conducido;
y la patria bendiciendo inmensamente,
al Comandante, por haberte a tí escogido.

Jesús Núñez León

A SIMÓN RODRÍGUEZ

(En el aniversario de su nacimiento)

Leal maestro de Bolívar,
su ductor, más que maestro;
eterno amor por lo nuestro,
en su alma, como almíbar.

Que libertad lograría,
para su patria juró;
en Monte Sacro lo oyó
y su apoyo le daría.

En los tiempos coloniales,
su tutor y confidente;
siendo un adolescente,
sembró en él sus ideales.

Al Libertador nacer,
contaba con catorce años;
supo ganar un escaño,
en el alma de aquel ser.

Educador creativo,
de la libertad amante,
sensato y perseverante,
del saber su gran amigo.

Conquistemos a la América,
por medio de las ideas;
fue una de las panaceas,
siempre presente en su prédica.

De la instrucción popular,
un ferviente abanderado;
siempre los necesitados,
en su norte de formar.

Tendrá quien sepa, el que enseña;
tendrán quien haga, si educan;
son enseñanzas que nunca
perderán vigencia plena.

Al que no sabe, lo engañan;
y al que no tiene, lo compran;
son verdades que hoy asombran,
por la validez que entrañan.

No serán republicanos,
con atraso y exclusión;
la ignorancia y sumisión,
extirparlas de antemano.

Su muerte ocurrió en Perú,
un veintiocho de febrero;
sus seguidores dijeron,
se fue el genio de la luz.

A instruir su afán seduce,
su faro perenne brilla;
y aún hoy nos maravilla,
¡el Robinson de las luces!

Jesús Núñez León