LOS TERMINALES
Ayer fui a consulta,
de un especialista;
tuve que esperar,
rato en la salita;
porque el médico se hallaba,
descifrando la “Panchita”.
CORO:
El ochenta y ocho,
juégalo por diez;
y arriba y abajo,
no sea que resbale,
juégalos también;
terminales, terminales,
cada noche voy ligando,
a ver si mi dato sale.
Pablo no estudió,
porque era muy flojo;
y de intelectual,
ahora se da el tono;
estudiando todo el tiempo,
el librito de San Cono.
Yo nunca soñaba,
caía como muerto;
y de un tiempo acá,
sueño hasta despierto;
¡brujería, vale!,
terminales, terminales,
cada noche voy ligando,
a ver si mi dato sale.
No tiene un empleo,
mi amigo Ciriaco;
pero no visita,
ningún sindicato;
bien por la mañana sale,
a ver si le dan un dato.
Cada diez sorteos,
te sacan morochos;
y el sesenta y seis,
número pavoso,
¡no sale!;
terminales, terminales,
cada noche voy ligando,
a ver si mi dato sale.
Mi tía soñó,
con el cero tres;
“hoy te juegan seis”,
yo le recordé;
de todos modos perdió,
pues no lo jugó al revés.
Soñar con maracas,
da noventa y nueve;
Y, si es con la novia,
da sesenta y nueve;
soñar con un muerto,
da cuarenta y ocho;
y el día de la “Chinita”,
no dejes fuera el dieciocho.
A cada mañana,
cuando espero un coche;
llega a la parada,
siempre algún fantoche;
pidiéndome que le diga
qué número salió anoche.
Si alguien cumple años
y se juega el día;
llega y se lo saca,
otra lotería.
Terminales, terminales,
ya me tienen hasta aquí;
siguiendo ese cero cuatro,
todo el sueldo lo perdí.
Cuando al fin pegué,
yo mi numerito;
me fui a celebrar,
con unos traguitos;
y hasta le brindé,
a unos borrachitos;
después cuando fui a cobrar,
habían quitado el kiosquito.
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